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1Israel era una vid frondosa
que daba fruto a su antojo.
Pero cuanto más aumentaba su fruto,
más altares se construía;
cuanto más prosperaba su país,
más hermosas hacía sus piedras sagradas.
2Su corazón es escurridizo,
pero tendrá que cargar con su culpa.
El Señor destrozará sus altares
y devastará sus piedras sagradas.

3Tal vez dirán: «No hemos temido al Señor,
y por eso no tenemos rey.
Pero, aun si lo tuviéramos,
¿qué podría hacer por nosotros?»
4Hablan solo por hablar;
juran en falso y hacen tratos;
¡por eso florecen los pleitos
como la mala yerba en el campo!
5Temen los moradores de Samaria
por el becerro que adoran en Bet Avén.10:5 Véase nota en 4:15.
El pueblo del becerro hará duelo por él,
lo mismo que sus sacerdotes idólatras.
Harán lamentos por su esplendor,
porque se lo llevarán al destierro.
6El becerro será llevado a Asiria
como tributo para el gran rey.
Efraín quedará avergonzado;
Israel se avergonzará de sus ídolos.10:6 sus ídolos (lectura probable); sus planes (TM).
7Samaria y su rey desaparecerán
como rama arrastrada por el agua.
8Serán destruidos sus santuarios paganos,
lugares de pecado de Israel.
¡Cardos y espinos crecerán sobre sus altares!
Entonces dirán a las montañas: «¡Cúbrannos!»,
y a las colinas: «¡Caigan sobre nosotros!»

9«Tú, Israel, has venido pecando
desde los días de Guibeá,
y allí te has mantenido.
¡En Guibeá la guerra
tomará por sorpresa a los malvados!
10Cuando yo quiera, los castigaré;
entonces las naciones se juntarán contra ellos
para aprisionarlos por su doble perversión.
11Efraín es una novilla adiestrada
a la que le gusta trillar,
pero yo no quise ponerle el yugo.
Pero ahora voy a uncir a Efraín,
y Judá tendrá que arar,
y Jacob emparejará la tierra».

12¡Siembren para ustedes justicia!
¡Cosechen el fruto del amor,
y pónganse a labrar el barbecho!
¡Ya es tiempo de buscar al Señor!,
hasta que él venga y les envíe lluvias de justicia.
13Pero ustedes sembraron maldad, cosecharon crímenes
y comieron el fruto de la mentira,
porque confiaron en sus carros
y en la multitud de sus guerreros.
14Un estruendo de guerra se levantará contra su pueblo,
y todas sus fortalezas serán devastadas,
como devastó Salmán a Bet Arbel en el día de la batalla,
cuando las madres fueron destrozadas
junto con sus hijos.
15Esto es lo que Betel les hizo a ustedes,
a causa de su extrema maldad.
¡Pues el rey de Israel será destruido por completo
en cuanto amanezca!